20 de des. 2011

Último número (#6) ya disponible en PDF

Aún con la resaca de la fiesta de presentación y despedida procedemos a colgar el último número en PDF. Lo encontraréis en la columna derecha, como ya es habitual.
Un abrazo de oso final para todos los amigos/as y los que apoyasteis esta iniciativa desde allá donde estéis. En el camino nos encontraremos!

13 de nov. 2011

Presentación número final de La Escuela Moderna. Despedida y cierre.



Amigos/as:
La Escuela Moderna se acaba aquí. Au revoire. Good bye. Auf wiedersehen. Blog y fanzine desaparecen. ¡Nos vamos! Pero nos vamos matando, que se dice, presentando un número final del fanzine y emplazándoos a que nos acompañéis en este entierro vikingo. Eso sí, nos marcharemos con alegría y tomando un vermut, por que no hay nada más triste que desaparecer como Sean Flynn, sin dejar rastro, por estos ciberespacios de Dios.
El día escogido para deciros adiós será el próximo domingo 18 de diciembre a las 13 horas en el Heliogàbal. Se escucharan bellas melodías y se tendrán agradables conversaciones mientras los fanzines cambian de manos y las copas se derraman.
Nos hará ilusión que vengáis.

4 de jul. 2011

Yo Fui #11: Fernando Muñiz




¿Dónde estabas tú en el 77?

En el colegio cursando EGB, llevando pantalones cortos, devorando regaliz y cheiw juniors, viendo Mazinger Z en la tele los sábados y viviendo a caballo entre Asturias y Barcelona por cuestiones familiares.

Eres de los primeros mods certificados en tu ciudad. ¿Cómo, cuándo y por qué entraste en contacto con tu subcultura? ¿Y a qué edad firmaste?

Debió ser a los 12 o 13 años. En mi colegio, y en general en mi barrio, eran legión los heavys. En mi casa apareció el doble azul de los Beatles –que aún conservo- y al escuchar por primera vez el "Strawberry Fields forever" sentí una sensación de vértigo y mariposas en el estómago junto a la firme convicción de que aquello le daba mil patadas a lo que sonaba en las radiofórmulas de entonces, y que mutó en una obsesión enfermiza por los Beatles. Por supuesto en mi casa debió ser motivo de alegría y alivio, aunque dejarte chulescamente flequillo Lennon´65 no ayudaba mucho a la integridad física de uno en un ambiente tan quinqui como el que era por aquel entonces mi barrio. Nos juntamos en clase tres zumbados por los Beatles y nos pasábamos el día hablando de ellos, que si he conseguido tal disco, que si en tal revista sale un especial sobre ellos…Lógicamente éramos los “raritos” de la clase. Uno de ellos, el Sureda, un día me habló que cerca de su casa había mods. Posiblemente era la primera vez que oía esa palabra y se tiraba el día hablando fascinado de ellos. Que si uno tiene una Vespa, que si llevan chaquetones militares verdes, que si existe un grupo llamado Brighton 64… Un día apareció con un tabardo militar de la mili española y el All mod cons bajo el brazo y yo, que por aquel entonces solo vivía para los Beatles lo escuché casi por compromiso y, contra todo pronóstico, volví a sentir las mariposas en el estómago; y así hasta la fecha.
Le pedí que me llevara a ver a esos mods de su barrio y desde la acera de enfrente, boquiabierto y con un respeto sobrenatural, vislumbré una fascinante docena de tíos y en ese mismo momento decidí que quería ser como ellos. Uno de ellos. Atraqué el armario de mi padre (que muy generosamente no puso ningún problema en cederme sus trajes de tres botones) y mi madre me los arreglaba según mis deseos. También, extraído del armario de casa, apareció un tres cuartos militar al que le cosí un descomunal parche de los Who robado en el Corte Inglés. A propósito de la ropa iba a explicar la gloriosa anécdota del traje del difunto pero ya la expliqué en el libro de Pablo Martinez Vaquero…

¿Formaste parte de algún otro culto antes del mod, o fue éste tu primer amor?

Aparte de la fiebre beatlemaníaca infantil, el primero y el último fue lo mod.

¿Qué recuerdas del momento concreto en que pasaste a ser Uno de Ellos?

Bueno… cuando yo ingresé en filas ya había mucho mod más mayor que yo y habían algunas fiestas pero los fines de semana me tocaba currar en un negocio familiar que me impedía acudir a las mismas y así –con gran rabia y dolor- me perdí las primeras. En aquellos tiempos era religión ir en masa a cualquier cine que pasaran Quadrophenia y la gente presumía de las veces que la había visto. Había uno que decía haberla visto más de veinte veces (y posiblemente fuera cierto). Mi primera vez fue un sábado en el Cine Spring de Pedralbes. Fuimos en autobús con nuestras mejores galas el Sureda y yo. Llegamos tarde, allí no había acomodador y entramos a oscuras como pudimos y nos sentamos en el lugar equivocado; el programa era doble y antes de Quadrophenia pasaban God save the Queen y el cine estaba dividido: a un lado mods y al otro punks que no paraban de tirarse cosas, escupirse, insultarse a grito pelado… Nosotros nos habíamos sentado en el sector punk y tuvimos que salir por piernas al otro sector.

¿En qué situación recuerdas que se encontraba la cultura popular, o la cultura rock’n’roll, cuando tú te empezaste a sentir atraido por ella?

Era horroroso todo, no entiendo la gente que reivindica los 80. Quizás porque no los vivieron. Los que los vivieron me da la sensación que lo que reivindican realmente es su adolescencia, de otra manera no lo entiendo.

¿Cuál era la reacción de la gente corriente a tu imagen? ¿Violencia, pitorreo, asombro, admiración...?

Pues había de todo. Mucho pitorreo, algo de asombro, unas décimas de admiración y toneladas de violencia a babor y a estribor.

¿Existían, según lo recuerdas, enemistades entre las distintas bandas juveniles?

De mi anterior colegio guardaba buenas amistades en mi barrio y un día me encontré a cinco excompañeros en mi calle y los cinco se habían vuelto punks y me iba con ellos de fiestaca sin mayor problema. De hecho yo nunca he tenido el más mínimo encontronazo con ellos, todo lo contrario. Eso si, debía ser una bonita estampa: una horda de punks de barriada y un tío con un horroroso tres cuartos militar con un monstruoso parche de los Who. La verdad que fue una época muy divertida mientras duró a pesar de que a la vuelta de cada esquina podías tener bronca en cuestión de segundos con rockers o quinquis sin apenas mediar palabra.

¿Se diferenciaba mucho el ambiente mod de extrarradio del urbano?

Lo desconozco por completo. Mi primera novia era de Badalona y durante años de moverme por allí nunca vi nada mínimamente parecido a un mod. De hecho me recordaba mucho a mi barrio (Glories-Clot), donde no había NADA. Solamente heavys, quinquis y gitanos. Del resto reconozco mi ignorancia.

¿Cuándo y cómo recuerdas empezar a sentirte acompañado? Es decir: ¿Cuando empezaron a afiliarse nuevos miembros a tu club? ¿Quiénes eran?

Ya en el 82-83 en un concierto en Zeleste nos juntamos unos quince tíos que íbamos por libre y montamos un grupo de gente bastante numeroso que creció con el tiempo. Allí estaban muchos de los que luego fueron mis amigos durante años (Carlitos Bisontes, Juanjo Herreros, Juan Carlos Benitez, David Soul, el propio Sureda, y muchos más a los que perdí la pista con el tiempo) y quedábamos todos los fines de semana en un pub de Passeig de Sant Joan –el Liverpool- e íbamos juntos a los conciertos y fiestas.

¿Puedes definirnos tu look en tu época de mod primerizo?

De tierno primerizo bastante chungo. Luego fue mejorando poco a poco pero un día de 1983 podía ponerme unos safaris o botas militares, Levis o pantalones de traje (cualquiera de los dos, a todas luces, demasiado corto) con los inevitables calcetines blancos y un Fred Perry, camiseta de los Jam o maillot de ciclista. La parka genuina hasta 1984 no llegó.

De hecho el punto de inflexión en la sustancial mejoría de mi look fue a partir de una casualidad: en mi casa las pelas no sobraban precisamente; la ropa era cara y las partidas presupuestarias había que administrarlas con mucha sabiduría. En aquella época mi principal obsesión eran los discos y el grueso de mi escaso dinero se iba en ellos. Cierto domingo que iba andando solo por la calle pegué una patada a una especie de plumier que había en el suelo y asomaron unos cuantos fajos de billetes. Miré a ambos lados, trinqué el plumier y el gremio textil barcelonés sonrió durante largos meses.

¿Cuáles eran tus pasiones entonces? ¿Qué discos te chiflaban?

Pues intentar follar como todo el mundo, currar para tener pelas para comprarte discos, ropa y alguna alegría química, admirar cualquier vespa o lambretta aparcada en la calle pensando que algún día tendría una y así (iluso de mi) follaría más. Los discos eran muy, pero que muy básicos. Del Discoplay de Madrid mayormente y el hecho de ir a la oficina de Correos a recoger un mes más tarde el pedido era toda una emocionante ceremonia difícil de explicar para alguien de hoy en día.

Te cuento una anécdota muy esclarecedora de donde estábamos los mods españolitos de principios de los 80: mi padre cambió de trabajo y se hacía con el camión media Europa, y le surgió un viaje a UK. Sin pensármelo me fui con él y nada más bajar del ferry, como no estábamos en el Unión Europea, había que pasar 24 horas en zona aduanera de algún pueblo del sur de Inglaterra (creo que era Bournemouth). Como yo sabía algo de inglés mi padre me llevaba loco por las oficinas de la aduana para poder tramitar el papeleo y en esas un tío me empieza a cantar el “We are the mods”, yo me giro y veo un mod inglés, altísimo, muy rubio y sonriente que me empieza a hacer preguntas como una metralleta y yo, con mi inglés más que justo, pidiéndole que hablara más despacio. Cuando le digo que soy español me mira de arriba abajo como si hubiera una cámara oculta y yo el paradigma de una anomalía en el tiempo y el espacio. Me tramitó él todo el papeleo (trabajaba en la aduana) y me llevó a un bar en un barracón y a todos los currantes del puerto les decía a grito pelado que yo era un mod ¡¡spanish!! Como algo asombroso y extrañísimo. Total que el tío me pregunta que cómo estábamos en Barcelona, qué música escuchaba, etc etc y yo le hablaba de los Brighton 64, Tamla, Jam, etc y el tío antes de despedirnos –supongo que viendo que estaba en el escalón más básico- me escribió una lista de diez discos que tenía que comprarme cuando fuera a Londres. Lógicamente no le hice caso sospechando que quizás me había tomado el pelo –no me sonaba ni en pintura nada de lo que me recomendó- y me compré Jam, Lambrettas, etc... Muchos años después encontré aquella lista y comprobé con gran asombro que me estaba recomendando Northern soul y que aquellos discos que me instó a comprar diez años antes era lo que estábamos escuchando a principios de los 90 en Barcelona.

¿Bailábais?

Al principio no, nada. Luego sí, y mucho. Y como auténticos pollos descabezados en nuestros primeros pinitos.

¿Habían muchas chicas, o lo recuerdas como un entorno más bien masculino?

Muy pocas chicas, rozando la sequía generalizada. Las chicas del barrio preferían otro tipo de ser menos “extraño”y las tías mods supongo que se sabían muy cotizadas y se hacían rogar lo que no está escrito.

¿Todavía te sientes mod? Si la respuesta es no: ¿Por qué te distanciaste de tu subcultura?

Si, con todas sus contradicciones y tras 30 años.

¿Qué piensas de las generaciones que han continuado la tradición en las décadas posteriores?

Me parece fenómeno. Creo que el asunto está en buenas manos a pesar que cuando salgo hoy en día a alguna fiesta o concierto no puedo dejar de percibir que hay varias escenas diferentes en una y que aunque discurren paralelas en rara ocasión se juntan.

(Fernando Muñiz epitomiza en nuestra opinión la más excitante épica de los 80's mods: belicosidad, orgullo de pertenencia a una pandilla casi militar, gran sentido del humor, amor al pop y un hedonismo asilvestrado que iban a perderse en el modismo al empezar los noventa. Para los casi infantiles mods de la generación de 1985 Fernando siempre fue una expecie de Cid Campeador mezclado con Dan Defensor -no por la cieguez- y el padre de Black Adder, envuelto en parka, cuidando de nosotros eternamente y sin dejar en ningún momento que nadie nos tosiera. Por supuesto, Fernando fue también organizador de cientos de conciertos, fiestas y "concentraciones" -entonces se llamaban así, de nuevo con acento casi castrense- sin los que la subcultura modernista barcelonesa jamás hubiese sobrevivido a los áridos últimos 80. Siempre incapaz de permanecer quieto, recientemente acaba de publicar su esencial guía bodego-psicotrónica Barcelona on the rocks. La foto está fechada hacia 1982-83, y debe ser una de las primeras de nuestro protagonista como incipiente mod juvenil)

30 de maig 2011

Coleccionistas #26: Álex Subinas


¿Cuál fue el primer disco que compraste y a qué edad?
Mis hermanos y yo no recibimos un gran legado familiar de discos, siempre hubo más libros. Con la excepción del primero de los Beatles, el resto eran del tipo de las bandas sonoras de Godspell y Jesucristo Superstar, Mari Trini y por el estilo. Al margen de esto o precisamente por ello, recuerdo como primeras y preciadas posesiones Nightflight To Venus de Boney M y dos recopilatorios de éxitos llamados Bang Bang, ambos en formato cinta. Esto debió ser por el 78, es decir, contaba yo con 8 años. El primer disco de vinilo que tuve fue el Tattoo you de los Stones, con 11 o 12 años. Por esa época mi hermano mayor comenzó a comprar de manera habitual revistas y discos, así que nuestra culturilla musical empezó a crecer.

¿Cuál ha sido el último?
Un 10” con material inédito de Sun Ra & his Arkestra, publicado por Kindred Spirits, un CD de jazz vocal: Milton Shuggs - Things to come (Skiptone), el single de Johnny Moore -"Your love is fadin´"(Mercury), crossover soul, y un LP de 70´s soul en el sello Buddah del dúo femenino Betty & Dee. Hace unas semanas le pillé también a un amigo el primer elepé de Willie Hutch, el único que me faltaba. No es su mejor disco pero contiene la maravillosa “Let´s try it over again”.

¿Qué estás coleccionando en estos momentos?
Sólo colecciono música negra. En el pasado investigué distintos estilos, siempre he sido muy melómano y realmente me gusta de todo. Pero hace muchos años la obsesión por la música negra terminó convirtiéndose en una pequeña dictadura y mi colección es a día de hoy básicamente -en un 90%- de soul, de todos los estilos y épocas. El 10% restante es jazz, gospel, unos pocos discos de jamaicano, música latina y brasileña.

¿Cuál es tu hallazgo más precioso? ¿Qué disco consideras la joya de tu colección?
Joyas tengo cientos, alguna raras, otras son discos comunes que me parecen insuperables. Luego están aquellos que aunque ya no escuches con frecuencia tienen un gran valor sentimental. Tal vez el disco más peculiar de mi colección se trate de un recopilatorio nunca editado -es un acetato- de Monster Records, un sello fantasma creado por Bobby Martin, el célebre arreglista y productor ligado al sonido Filadelfia. Por su lujosa y artesanal presentación, que incluye un libreto, no creo que deban existir demasiadas copias. Yo desde luego nunca he visto ninguna otra y nadie parece conocer el sello. Lo curioso del asunto es que lo conseguí hará unos 6 años en ebay por 90 euros, una cifra ridícula si tenemos en cuenta su valor histórico y rareza. Más información aquí.

¿Artwork y portadas favoritas?
Me divierten las que yo llamo “portadas secuencia”, esas en las que la fotografía de la portada tiene continuidad en la contraportada, contando en conjunto una historia. Dentro del soul hay cientos, me vienen a la cabeza los ejemplos de Fantastic Four y su elepé Got to have your love o los Impressions y la impagable portada de Finally got myself together. Por otro lado me encantan las que tienen ventanas o despegables, como Trapped by a thing called love de Denise LaSalle, Still Bill de Bill Withers o Pick of the litter de los Spinners.

¿Cómo tienes ordenada tu colección?
Por orden alfabético, aunque aproximadamente una cuarta parte de los discos están sin clasificar o desordenados. Los escucho y por vagancia no los vuelvo a poner en su sitio. Un pequeño caos, vamos.

¿Sabes cuántos discos tienes?
A ojo calculo unos 4.000 elepés (incluyendo maxis) y unos 1.500 singles. Cedés, unos 700. Me temo que tendré que bajar el pistón, no queda espacio en casa y, lo que es más importante, no dispongo de tiempo material para poder escuchar tanta música.

¿Cuál es/era tu tienda de discos favorita?
Beltza Records en Donosti, Mardigras en Valencia y Discos Juando en Barcelona. De las que ya no existen, me resulta obligado mencionar -más por razones sentimentales que por otra cosa- la Librería Universal de Bilbao. Hace 15 años había también una tienda bizarrísima en Vitoria, me la descubrió mi amigo Alejandro Aguayo. Era mitad tienda de discos, mitad charcutería y tenían bastantes discos de soul y funk americanos precintados, a precio de saldo. No recuerdo su nombre, no duró mucho. En Madrid, Killers y la Metralleta eran todavía una mina a principios de los 90... Del extranjero, he tenido la suerte de conocer muchas, algunas increíbles, sobre todo en viajes a Japón, Canadá, Estados Unidos y Suecia. También recuerdo con mucho cariño la difunta Rock On, en Camden Town, una lástima que queden tan pocas tiendas decentes en una ciudad como Londres, posiblemente la que cuente con las mejores colecciones privadas del mundo.

Cuéntanos el episodio más memorable de tus días de cazador de discos (un timo, un error, un triunfo, un encuentro, un robo, una conversación...)
Errores, muchos, supongo que forman parte del aprendizaje musical de cada uno, y triunfos también los ha habido, claro. Recuerdo que tuve acceso a un anticuario de Bilbao que vendía una fantástica colección de discos, hará ahora 20 años; encontrar una tienda en Chicago con una habitación entera a todo un euro, llena de buenos elepés, nada de morralla; muy buenas experiencias de diggin´ en destinos exóticos como Brasil, Tailandia o Sudáfrica. En este último país me adentré en el downtown de Johannesburgo en busca de discos, una zona que infunde respeto y en la que no ves un sólo blanco. Estuve en un par de tiendas, una de ellas muy grande. Hablando con el responsable le dije que buscaba soul, funk, jazz, etc y me subió en un montacargas cinco plantas hasta llegar a un enorme almacén / nave semi abandonada de unos 1.000 metros cuadrados, repleta de discos. No encontré demasiado y al de hora y pico decidí irme...el problema fue que el tipo no aparecía en mi busca y no podía acceder al montacargas. Por un momento pasó por mi imaginación que se hubiera olvidado completamente y mi destino fuera perecer de manera grotesca entre aquellas toneladas de vinilo, ja, ja .... cinco minutos después terminó por aparecer tras escuchar mis patéticos gritos de auxilio. Soy bastante despistado y en más de una ocasión me ha pasado comprarme un disco dos veces, por fortuna nunca discos caros. Otra vez encontré en un cajón de segunda mano de Beltza Records un disco que meses antes le había yo vendido a Luis y lo volví a comprar para mi colección, ante su comprensible descojono. Conversaciones interesantes no demasiadas, salvo en las tiendas regentadas por amigos. Por mi experiencia el dependiente de una tienda de discos es casi siempre un tipo peculiar, cuando no raro. Hace no demasiado recuerdo al de CD King en Madrid, preguntándome a ver si por favor podía repasar los discos de la cubeta con cuidado...¡que se gastaban!. Robar discos sólo lo he hecho una vez. Con 13 o 14 años, el Combat Rock de los Clash, en El Corte Inglés. La verdad es que fue algo espontáneo y aún me maravillo de la tranquilidad con que lo sisé. Fue salir de la sección de discos y cruzar por completo todos los grandes almacenes con él en la mano, sin bolsa ni nada, a las bravas. Ninguno de los seiscientos dependientes con los que me crucé dijo ni mu.

¿Ha cambiado tu perspectiva del coleccionismo de discos desde la aparición de Ebay y la compra por Internet?
Sí, claro, internet ha cambiado completamente el panorama, ahora es otra historia. Por un lado es la comodidad absoluta, pero por otro ha restado mucha magia y encanto al coleccionismo y a la labor de descubrir cosas, que antes era un arduo trabajo de años. Hay mucha gente que se queja del precio de los gastos de envío, no es mi caso. Ya antes de internet, y debido a la paupérrima oferta de música negra en las tiendas españolas, me había acostumbrado a comprar discos por correo a través de las listas de Soul Bowl Adey Pierce, Graig Moerer, Pat Brady, etc.

¿Aireas tu colección? Es decir: ¿Pinchas discos o realizas una actividad didáctica similar?
Siempre he pinchado de forma ocasional en fiestas y soul weekenders, en su mayoría organizados por amigos o conocidos. Lo que nunca me ha interesado demasiado ha sido una residencia fija y cosas de esas, y ahora todavía menos. Por otro lado, junto a mi amigo Aitor organizo un soul weekender en Bilbao que va por su edición número 17. Se llama Soul 4 Real y en la actualidad lo montamos conjuntamente con los ingleses del Soul Essence. Ocasionalmente también he colaborado con artículos o entrevistas en revistas y fanzines. Por otro lado, en los últimos cinco años he escrito una especie de fanzine / blog sobre música negra titulado Soul Portrait, por si a alguien le interesa curiosear: http://www.flickr.com/photos/alexs4r/

(Dicen los entendidos que la colección de música negra de Álex Subinas es de las más excelentes del estado. Subinas, que organiza el respetado y reluciente Soul 4 Real bilbaíno, es uno de los profetas vascos del soul, una andadura que empezó a muy temprana edad con el Euskadi Soul Club y aquellas seminales allnighters de machos sudorosos con el tórax descubierto, y que continuó por innumerables y selectos puertos, del Floorshaker al Black Apocalypse, el Black Talk y el Soul Supreme. Subinas continua pinchando soul elevado allá donde le llaman (incluyendo reputados weekenders ingleses), pese a que hace un año amenazó con dejar de pinchar hermoso soul-dándole un susto de muerte a la escena que él contribuyó a levantar. Álex ha contestado a estas preguntas con su elegancia y sobriedad habituales, en exclusiva para La Escuela Moderna)

Sense paraules ("Era un hombre y ahora es poli")


2 de maig 2011

Pioneros #10: Phil Wilson (The June Brides)


¿En qué momento de tu vida has sido más feliz?
En un molino, en Lesbos, hace unos años. Mitad de la noche, con una cerveza en la mano y viendo caer estrellas fugaces junto a mi mujer.

¿Cuál es tu mayor temor?
Morir solo en una residencia de ancianos.

¿Cuál es tu primer recuerdo?
Emerger de la caravana donde vivíamos, en mitad de la nieve, a llenar un cubo de agua para mi familia (no teníamos agua corriente). Debía tener tres o cuatro años.

¿A qué persona (viva) admiras más y por qué?
Nelson Mandela, por su dignidad y fuerza, ¡y por esa sonrisa!

¿Cuál es el rasgo que menos te gusta de ti mismo?
La timidez y el miedo a la gente.

¿Cuál es el rasgo que menos suele gustarte de los demás?
La arrogancia.

¿Dónde te gustaría vivir?
Si tuviese que abandonar Inglaterra, España sería el destino. ¿Un edificio histórico en palma de Mallorca, tal vez?

¿En qué época histórica te gustaría haber vivido?
En Roma, en el punto más elevado de su gloria. ¡Con la condición de haber sido rico y tener acceso a la medicina moderna! Me encantaría haber visto algo así.

¿Cuál sería tu superpoder?
¡Volar! ¿Quién no desearía volar?

¿Qué te deprime?
El fanatismo y la mezquindad de espíritu.

¿Has estado alguna vez en una pelea?
No, aunque sí me lanzaron una vez a través de una cristalera. No creo en pelear.

¿Matarías?
No.

¿Quién haría de ti en el biopic de tu vida?
Alguien bajito y no muy atractivo.

Haznos una lista de tus (4 o 5) libros favoritos.
Victory, Joseph Conrad
Do androids dream of electric sheep?, Philip K Dick
Is this a man, Primo Levi
Homage to Catalonia, George Orwell
The big sleep, Raymond Chandler

Si es posible, Haznos una lista de tus (4 o 5) discos o canciones favoritas.
This Heat Health and efficiency
The Velvet Underground, Live 69
Orange Juice “Falling and laughing”
The Byrds Younger than yesterday
Jacques Brel “Ne me quitte pas”

¿Vinilo, CD o MP3?
¡Vinilo, vinilo, vinilo! Los discos son obras de arte, cosas bellas. CDs y MP3 son utilitarios, pero nada más.

Haznos una lista de tus (4 o 5) películas favoritas
Bladerunner
The Godfather II
Apocalypse Now
Casablanca
The third man

¿Tienes unos zapatos favoritos?
Sí, unos bowling shoes en rojo y blanco. Son tan bonitos que no me atrevo a ponérmelos.

¿Cuál es tu olor favorito?
¡Cebolla friéndose!

¿Y tu comida?
Brisket de ternera al horno, puré de patatas con mostaza y verduras.

¿Y tu bebida?
Sidra.

¿Cómo te defines políticamente?
¡Libertario de izquierdas! Pero odio a los políticos.

¿Qué es lo que menos te gusta de tu aspecto?
Narizota, barrigota (pero en lo segundo estoy tratando de mejorar)

¿Cuál es tu placer culpable?
No puedo decírtelo.

¿Qué les debes a tus padres?
Me dieron libertad para soñar.

¿A quien invitarías a tu fiesta ideal?
¡A nadie! Odio las fiestas.

¿Qué palabras o muletillas usas más a menudo?
“Perdón”.

Si pudieses cambiar tu pasado, ¿Qué cambiarías?
Muchas cosas podrían haberse hecho mejor, pero no sirve de nada torturarse por ello. Uno tiene que aprender a vivir con sus errores y continuar adelante.

¿Cuándo fue la última vez que lloraste, y por qué?
Mis últimas lágrimas grandes las solté hace unos años durante el funeral de un viejo amigo.

¿Cómo te relajas?
La forma perfecta es: en Grecia, o España, en una tarde cálida, cerveza en mano, conversando con mi mujer, admirando el mar o las estrellas. De no ser eso posible, pasear por la campiña inglesa o ir al pub también me sirven.

¿Has estado alguna vez a punto de morir?
Me desmayé en el trabajo hace un par de años, y me dijeron que había sufrido un infarto. ¡Creía que estaba muriendo! Pero se trataba tan solo de stress. Abandoné mi empleo y volví a dedicarme a la música.

¿Qué consideras tu mayor logro?
Mi música.

¿Qué te hace dormir mal?
La maldad en el mundo, y el temor a perder mi hogar.

¿Qué canción o canciones te gustaría que sonaran en tu funeral?
¡Algo que alegrara a la gente! ¿“Teenage kicks” de los Undertones, quizás?

¿Cuál es tu posesión más preciada?
La guitarra que toqué durante toda la época The June Brides, y que aún utilizo hoy.

¿Cómo te describirías a ti mismo?
Tranquilo, amable, tímido... ¿Demasiado tímido?

¿Cómo te gustaría ser recordado?
Como una buena persona que lo intentó.

(A The June Brides les conocimos tarde -a los veinticinco, en lugar de a los dieciséis, como a tantos otros grupos que amamos- pero nuestro encuentro tardío no fue óbice para que se convirtieran de inmediato en grupo favorito para el resto de nuestras vidas. Nos gusta creer, por añadidura, que aquel encuentro no fue nada fortuito, pues encarnaban un espíritu y estética que concordaba a la perfección en significado y significante con el del resto de nuestros héroes y pioneros adolescentes: anti-rock, modismo, jerséis en cuello de V, creepers, cuatro dedos de calcetín a la vista, ocasional tupé, soul y VU, Dexys y Byrds, Al Green y punk, violines y funk y garaje, anglicismo y northern, Vic Godard y Smiths y Housemartins, pub y social club, izquierdismo a ultranza, Orange Juice, Tamla y polos italianos. Phil Wilson, su líder, es uno de nuestros grandes héroes a lo Bill Withers, y There are eight million stories uno de los mejores discos de la historia. Y para colmo -consulten Bendito Atraso- su nuevo álbum es una cosa bárbara. Nos honra tenerle aquí)

18 d’abr. 2011

Yo Fui #10: Ringo



¿Dónde estabas tú en el 77?
Paradójicamente visité Londres dos veces en viaje escolar en el 77 y 79 cuando estaba más inmerso en el Merseybeat (he de hacer constar que me colé en el terrado de la Apple -entonces en obras), asimismo descubrí la escena mod en sus calles y vía Blondie por su batería.

Eres de los primeros mods certificados en tu ciudad. ¿Cómo, cuándo y por qué entraste en contacto con tu subcultura? ¿Y a qué edad firmaste?
De vuelta a Barna seguía con flequillo, y tras una breve etapa entre amigos rockers me hice mod hacia el 81-82 aunque la mili-kk me mantuvo muy al margen (la escena Zaragozana era aun más incipiente). Vi en la escena mod una lógica correlación a mi anterior incursión beat, aunque carecíamos de referentes directos y el underground barcelonés seguía -a excepción de los punkies- aun basado en el Rock Laietà y la música Progresiva.

¿Formaste parte de algún otro culto antes del mod, o fue éste tu primer amor?
No, aunque sí adyacentemente pues como te he dicho tenía más amigos rockers e iba más con ellos.

¿Qué recuerdas del momento concreto en que pasaste a ser Uno de Ellos?
No hubo un instante, fue más bien un proceso. Yo me movía por la dreta de l´Eixample, que era la zona donde coincidíamos los fines de semana la mayoría de mods para ir a algún sitio (Boira, Bobbys, Pavellón, Duplex, Roba Estesa...).

¿En qué situación recuerdas que se encontraba la cultura popular, o la subcultura rock’n’roll, cuando tú te empezaste a sentir atraído por ella?
Ya siendo mod no me inmiscuí en ella. Más que la situación se impuso un relevo generacional -New Wave- aunque los movimientos contraculturales mod, punk, rocker o skin nos distanciáramos de esa moda tan generalista (tribus urbanas nos bautizaba la prensa).

¿Cuál era la reacción de la gente corriente a tu imagen? ¿Violencia, pitorreo, asombro, admiración...?
Asombro. Aunque igual fui una de las excepciones, pues sé de todos los casos posibles. Los mods parecíamos los "chicos buenos" de la contracultura y en las ocasiones en que se metían con nosotros las contundentes o violentas respuestas aun podían sorprender más.

¿Existían, según lo recuerdas, enemistades entre las distintas bandas juveniles?
Quizás a finales de los 70 o principios de los 80, pero en seguida se solventaron, pues quien más quien menos compartíamos afinidades. Quizás habían reticencias, pero esto ya ocurría dentro de cada movimiento con advenedizos o fantasmas.

¿Se diferenciaba mucho el ambiente mod de extrarradio del urbano?
En las scooters, por cuestiones obvias. Pero no. Nadie preguntaba a nadie en ese sentido. Sí que la escena estaba centralizada en el área metropolitana y nos conocíamos más entre nosotros, pero a la vez también cada uno tenía sus amigos mods en Badalona, Castelldefels, El Prat o Sant Boi principalmente.

¿Cuándo y cómo recuerdas empezar a sentirte acompañado? Es decir: ¿Cuándo empezaron a afiliarse nuevos miembros a tu club? ¿Quiénes eran?
Desde luego gracias a los modzines, que pienso fueron un factor decisivo en la cohesión local y los contactos con la escena europea y del más allá. El movimiento mod no tuvo en sus orígenes prensa underground hasta bien entrado el revival.

¿Puedes definirnos tu look en tu época de mod primerizo?
Pues no excesivamente clásico. Tampoco iba cargado de badges en la solapa. Llevaba botines o deserts y cuello cisne en invierno, espardenyes y t-shirts en verano, y me encantaban los complementos tipo bufandas, pañuelos, foulards. No era muy de jeans (tampoco tuve scooter) o "ropa deportiva"... En fin, tampoco es que hubiesen muchas facilidades para conseguir ciertas prendas como parkas, y las tiendas de 2ª mano aun no empezaban a funcionar, o sea que te ibas al Ferran-a-mida o a las Glòries. Total, que a principios de los 80 la intencionalidad era la norma y a los pocos años la excepción, pues a posteriori no había ya excusa para no poder vestir a gusto y con variedad.

¿Cuáles eran tus pasiones entonces? ¿Qué discos te chiflaban?

Eran (y algunas siguen siendo) el Pop Art, los fanzines, las scooter-runs a Lloret, las anfetas o análogos (entonces legales y que por deferencia debo enumerar: Maxibamato, Bustaid, Minilip, Centramina... Dexys y Drinamyl no sé si estaban en la farmacopea local). Te diré grupos más que discos en sí; Chords, Makin´Time, Prisoners, Barracudas, Los Buenos ("Albacete Pop-Art"!!!)...

¿Bailabais?
Bailábamos en cualquier rincón, pero donde mejor en el antiguo Zeleste.

¿Habían muchas chicas, o lo recuerdas como un entorno más bien masculino?
Poquísimas al principio, pero a mediados de los 80 éramos el movimiento underground con mayor número de ellas si incluimos a poppies, psychettes o scooter-girls, que se movían en la órbita mod a falta de una escena propia.

¿Todavía te sientes mod? Si la respuesta es no: ¿Por qué te distanciaste de tu subcultura?
Ya no soy mod, aunque lo llevo por dentro y no me he convertido en lo que criticábamos. De hecho ahora me considero un modnik. No me he distanciado, aunque cuestiones pictóricas y botánicas me han ocupado y ocuparán la vida.

¿Qué piensas de las generaciones que han continuado la tradición en las décadas posteriores?
¡Cojonudo, qué voy a pensar! Y ahora los referentes son más directos, con idiosincrasia propia. La escena mod ya es atemporal.

(Es complicado aseverar lo importante que es para nosotros contar con estas respuestas de Ringo -apellido: Julián-, sin lugar a dudas el mod más importante de cuantos han aparecido en Barcelona. Ringo, editor del crucial fanzine Reacciones (crucial entonces y ahora; pues su influjo e influencia no han vuelto a repetirse) y auténtico workaholic subcultural, impulsó con su pasión y dedicación incansables casi todas las actividades y evoluciones del modernismo condal de 1981 a 1986-7. Anticipándose a todos los virajes, excavando sin descanso por la antropología del culto y transformándolo en algo inequívocamente actual y local, lo mod en su acepción española le debe a Ringo una gran parte de sus significantes, conceptos, looks y expresiones (algunos de ellos aún en uso), por mucho que la versión cromañón post-1990 le negara repetidamente al alba. Pueden ustedes llamarle face -pues tras él nadie ha llenado el espacio que requiere tal palabra- o pueden llamarle auténtico héroe y pionero subcultural de los ochenta, que nosotros seguiremos genuflexionando nuestras rodillas ante su espíritu y coraje eterno. Hoy en día Ringo es un pintor de vida modnik-bohemia que continua regentando calmo los bares de su Eixample natal; si le ven, no duden en rendir pleitesía. Este hombre fue más importante para nuestras tradiciones que todos los historiadores académicos juntos. Oh, sí: la foto la hemos birlado de Beltza Records; gracias, Luís, majo)

22 de març 2011

Coleccionistas #25: Miguel Lozano


¿Cuál fue el primer disco que compraste y a qué edad?
A los once años mi madre, como regalo de cumpleaños, me llevó a la tienda de electrodomésticos de mi barrio y me compró un pick-up marca Cosmos amarillo, a la vez me dijo que eligiera el disco que quisiera de la tienda (en aquellos años, finales de los 70, aún vendían discos en las tiendas de electromésticos). Elegí, sabe Dios porqué, el single de Rocky Sharpe & the Replays "Rama Lama Ding Dong", que lamentablemente ya no conservo; era, eso luego lo supe después, del mítico label Chiswick, del que luego recopilé multitud de discos, aunque no desde luego de este grupo, y supuso el comienzo de una obsesión y, porqué no decirlo, una adicción que dura hasta ahora y que me ha quitado muchísimo tiempo y dinero, pero que a su vez me ha proporcionado infinitas satisfacciones. Nunca me he arrepentido de ello, y considero que es una de las ocupaciones más nobles a las que se puede dedicar un ser humano; a este respecto sigo religiosamente los consejos que un día dejó escritos el señor Ewart, obrero metalúrgico del norte de Inglaterra para su hijo recién nacido, como una especie de código de conducta de clase, y en el que figuraba, además de cosas tan obvias y recomendables como nunca pegar a una mujer, no hablar con la policía, ni atravesar jamás la linea de un piquete, el invertir semanalmente una parte de tu sueldo en vinilos.

¿Cuál ha sido el último?
En las tiendas virtuales, léase Ebay, un single de northern, "I Didn't Take Much" de Percy Wiggins y uno de un grupo de ska blanco de principios de los 80, Serious Drinking, que luego fueron The Farm, "Love in the Terraces" (no lo conocía, lo pillé por el título, ya que tengo una minicolección de discos futboleros, a la que me dedico esporádicamente aunque no con mucha obsesión). En las tiendas reales: el último de un grupo actual, Spinto Band, y un recopilatorio de lovers de la Studio One

¿Qué estás coleccionando en estos momentos?
Singles sobretodo, originales de punk y Northern Soul. La única "colección" real que hago es de singles de punk inglés del 77 al 81, realmente estoy orgulloso de todos los que he logrado reunir a lo largo de muchos años. De los demás estilos simplemente voy comprando lo que me gusta, sin ningún afán completista.

¿Cuál es tu hallazgo más precioso? ¿Qué disco consideras la joya de tu colección?
El hallazgo más precioso, por lo extraño del contexto donde lo hallé y lo raro del mismo, es un single con portada portuguesa del clásico ender de northern "Goodbay, Nothing to Say" de Nosmo King & the Jawels, que encontré de casualidad en una tienda de barrio de Oporto donde vendían todo tipo de cosas, tipo ropavejero, y a la que llegué al perderme buscando la casa de un contacto que tenía allí, imagínate la sorpresa al encontrarlo en un cajón entre todo tipo de mierda, y que sólo miré por pura deformación profesional (pues pará mí buscar discos es una especie de profesión, eso sí, no remunerada, más bien al contrario). Joyas creo que tengo bastantes, aunque nunca miro catálogos para saber el precio al que se cotizan, me da bastante lo mismo, no juego en esa liga, pero les tengo bastante aprecio al LP original del Small Faces de la Immediate, por el que pagué el precio más alto en mi vida por un disco, diez mil pesetas de bellón (Diez mil pesetas del año 87, ¿eh? Era un disco que en esa época no estaba ni reeditado; aunque al poco lo hicieron, imaginaros qué rabia) en una tienda de ladrones y especuladores vinilicos de esas que afortunadamente, con el tema de internet, se están yendo al garete. También el single original con portada a ciclostil del "Where is Bill Grundy Now?/Part Time Punks" editado por la revista Sounds, de Television Personalities, o el primer LP de la Banda Trapera que canjeé por cupones en una de las primeras tiendas de discos de discos que hubo en Gijón, una tienda en la que podías escuchar los discos en puestos con auriculares (¡maravillosa experiencia juvenil!, me dedicaba a ella todos los sábados por la mañana antes de ir a las máquinas recreativas). Como curiosidad, tengo un disco, yo lo llamaría mini-single, de los Squezee que debe ser un cinco pulgadas, o algo así.

¿Artwork y portadas favoritas?
Siento ser tan poco original, pero creo que en este aspecto, los LPs clásicos de jazz de la Blue Note no tienen parangón; me atraen en general las portadas con fotos brillantes de negros bien vestidos en escenarios atractivos o en situaciones curiosas (ej. el Crazy Baby de Jimmy Smith, el Black Monks de Thelonius Monk o ese de Bo Diddley en que sale subido a una scooter); también las de grupos ingleses de los 60 en formación en la calle; las de punk del 77 influnciadas por el D.I.Y. situacionista al estilo de las de Jamie Reid para los Pistols y las de grupos de new wave con imágenes de cómic, como el "War Stories" de los Starjets, el "Germ Free Adolescents" de X-Ray Spex o el "Teenarama". Me gustan especialmente las portadas de los discos de la primera etapa de Belle & Sebastian, con un concepto estético muy preciso, fotos, sobretodo de chicas, en blanco y negro con un filtro de color, tengo predilección sobre ese en que sale una muchacha sentada en el suelo con una bandera extendida con una hoz y un martillo (sorry, no me acuerdo del título y no voy a levantarme a mirarlo) -Se refiere al EP en 12" de "This is just a modern rock song"- Los que tienen pijadas como troqueles y cosas así (p.ej. el "Sound of the Suburbs" de los Members o el 10" de Klark Kent) también tienen su punto... Por contra, les tengo bastante manía las portadas psicodélicas, aunque sean de buenos discos como el de Caetano Veloso o el de los Zombies, y presumo de poseer el disco con la portada más fea de la historia: uno de un grupo mod madrileño llamado Pánico Speed, que conservo sólo por eso. Tampoco me gustan las cajas, aunque tengo alguna, sobretodo de singles, ni las ediciones especiales. Tampoco que me firmen los discos.

¿Cómo tienes ordenada tu colección?
Por estilos, décadas y países, y dentro de ellos, simplemente empiezo por los grupos que más me gustan: un criterio igual de absurdo y arbitrario que otro cualquiera; probé con muchos (excepto el alfabético, que no me preguntéis porqué, pero siempre le tuve aversión) y al final era el que más me convencía. El problema está en los grupos con discos en varias décadas y estilos y los que son difíciles de clasificar; hay una serie de discos que estoy continuamente cambiando de estantería. Los LPs los tengo en la clásica Expedit de Ikea, que lleva camino de convertirse en un objeto de culto para coleccionistas de discos, y con la abertura para afuera por comodidad, para no tener que sacar el disco al ponerlo y para que no se arrugue la funda de plástico al meterlo, aunque sólo uso fundas que se ajustan al disco, y las que no, las arreglo recortádolas y pegándolas con celo. Los singles en un mueble hecho ex-profeso a medida, en la que coloqué en cada compartimento una caja de plástico de esas que vendían antes en las ferreterías para ordenar tornillos y en las que curiosamente (pasa mucho, es una especie de medida arquetípica) encajan perfectamente los 7", aquí con las portadas mirando para adelante, que es más estético y operativo.

¿Sabes cuántos discos tienes?
Joder, no.....voy a contarlos ahora así a grosso modo, un momento... Pues así por encima, unos 2.000 LPs, unos 1.200 singles y unos treinta 10 pulgadas. Podría tener muchos, muchísimos más, pero estos son el fruto definitivo de varias purgas que ríete tú de las de Stalin o Beria. He llegado a poner un puesto en el rastro para venderlos, pero no me salía a cuenta, pues acababa gastándome todo el dinero que sacaba en chorradas. Nunca he vendido en Ebay, pues me da pereza.

¿Cuentas CDs?
No tengo reproductor de CDs ni CDs, bueno, sí tengo algunos, regalados por grupos y gente de sellos, nunca comprados, pero obviamente no los considero discos ni los tengo en cuenta de ninguna manera.

¿Cuál es/era tu tienda de discos favorita?
Paradiso en Gijón, y no porque la lleve mi suegro, sino por la extremadamente cuidada selección de material en todos los estilos (os reto a que encontréis un disco malo en ella), por la tradición (ininterrumpida desde los años 70) y porque auna dos de mis grandes pasiones, música y libros (y casi tres, pues de la tercera, el fútbol, tienen en la pared un banderín original de la final de la Copa del 80 entre el Sporting y el Barça que cualquier día caerá en mis manos cuando su legítimo dueño flaquee). También Beltza Records, de Donosti, creo siempre es mejor dejarle el dinero a un amigo, además de considerar a los dueños de la mayoría de tiendas de discos de España (sí, esas en las que todos estáis pensando) unos auténticos ladrones y especuladores. De las de fuera, aunque lejos de los tiempos dorados de los 80, las de Londres, Honest Jon's, Reckless, Vinyl Solution o todas las de la cadena Music and Video Exchange. Cuando viajo a una ciudad nueva, lo primero que hago es enterarme de donde están las tiendas de discos, sobretodo las de segunda mano, y nunca perdono las consiguientes visitas, y nunca llego a casa sin una bolsa con nuevas adquisiciones.

Cuéntanos el episodio más memorable de tus días de cazador de discos (un timo, un error, un triunfo, un encuentro, un robo, una conversación...)
No suelo dejarme timar, y sólo algunas veces he sido víctima del timo aceptado, el más normal, cuando sabes que el precio de un disco es desproporcionado, pero tu adicción y las ganas de tenerlo te hace caer en el engaño, aunque casi siempre procuro resistir a la tentación. La popularización de las tarjetas de crédito hizo mucho daño en este caso a los compradores de vinilo; antes de ellas, cuando manejabas dinero contante y sonante, medías mucho más lo que gastabas. Triunfos, muchísimos: los del rastro hace más de veinte años, cuando no estaba aun trillado y encontrabas verdaderas joyas a cincuenta pesetas, así pillé infinidad de singles de soul y 60s, los de los rastrillos benéficos (en uno de una parroquia llegué a encontrar uno de Slaughter & the Dogs que no volví a ver en ningún sitio) o los de las compras a domicilio, cuando de repente alguien ponía un anuncio en el periódico o en una revista en el que vendía toda una colección de algún familiar muerto o porque decidía que ya era muy mayor para andar con esas cosas o por la razón que fuera, y te tocaba negociar, pues sólo querías una parte de los que vendían, y ellos se querían deshacer de toda la colección. Uno de los mayores triunfos, por la calidad y cantidad de lo adquirido, fue al hermano de unos de los míticos primeros mods de Madrid, cuando vivía allí, le pillé una colección de la hostia de punk 77 y revival, casi todos singles originales; lo curioso es que tenían todos una etiqueta con su nombre el las galletas, que no tuve que quitar....¡pues se llamaba igual que yo! En Ebay recuerdo que por ejemplo llegué a comprar dos LPs originales (de hecho, los dos mejores) de Laura Nyro por dolar y medio, y en un centro Reto una carpeta llena de singles españoles (incluído el "Ramones" de los Pistones, bastante cotizado entonces) por el precio de la carpeta sólo. Y casualidades, muchas, por ejemplo conseguir el single de los Cigarettes "Can't Sleep at Night" en Perpignan a un precio increíble justo antes de pedirlo por correo a Inglaterra por un precio infinitamente mayor. Al contrario me pasó muchas veces de ver un disco tirado de precio justo después de apoquinar por él una considerable cantidad. Errores no muchos, yo casi siempre voy a tiro fijo, lo único algún LP comprado sólo por que te gustaba una canción de un grupo y no traerla por ser un single, o ser una versión peor que la de éste, pero nada reseñable. Y experiencias penosas, pero que te ayudan a ser más cuidadoso, recuerdo comprar bastante caro un LP original de Major Lance y nada más sacarlo de la bolsa en el hotel para verlo, caerse el vinilo y cascarse: desde entonces siempre coloco la funda interior de manera que impida salirse al disco. El tema de las adquisiciones a precio cero es un poco delicado; yo por principios nunca robo en tiendas pequeñas en las que su dueño sea honrado y tenga los discos a un precio justo, pero estaréis todos de acuerdo conmigo en que esto esto no fue muy común en el panorama disquero español en los últimos veinticinco años, por lo que he de confesar que una parte bastante considerable de mi discografía ha sido adquirida de esta manera; como ejemplo diré que me hice a ese justiprecio la colección entera de series medias de la Motown en unos grandes almacenes de esos que anuncian que llega la primavera, y que nunca tuve remordimientos por salir de las ferias del disco con más discos en las bolsas de los que se correspondían con el dinero invertido. Una de las cosas más curiosas que me pasaron en mi peregrinar por las tiendas de discos del mundo, me ocurrió en una de Bilbao, y más de una vez, el encargado de la tienda, de la que omitiré el nombre por razones obvias, ponía contentos a los clientes con un poco de espabilina, y así, claro, acababan (acabábamos) comprando con la euforia más de lo que en una situación normal hubieses hecho. Y una de las distorsiones más curiosas de la realidad que produce el estado alterado de conciencia del momento de la búsqueda vinílica es que la alegría de encontrar a alguien conocido enseguida se solapa con la preocupación de que te pueda birlar un disco sobre el que tú consideras que tienes un derecho adquirido.

¿Ha cambiado tu perspectiva del coleccionismo de discos desde la aparición de Ebay y la compra por Internet?
Yo, como todas las personas de cultura analógica, tengo una relación ambivalente con las compras por Internet: por una parte recelo de todo lo que no puedas ver y tocar, pero por otra, considero que ha democratizado mucho el tema del coleccionismo y ha contribuido a acabar con la especulación; el tema de las pujas ha puesto el precio de los discos (de la mayoría) en su valor real, aunque se ha perdido con ello un poco la cultura del esfuerzo y la dedicación a la hora de la búsqueda del material. He pasado, como casi todo el mundo, por esa fase de enganche en Ebay y la semi-ruina económica que ello conllevaba, y la he superado afortunadamente; ahora lo visito de muy tarde en tarde. Pero en lineas generales me parece positivo, ya te digo, por haber acabado con la especulación, que me parece una de las cosas más execrables que existen, y no sólo en el tema de los discos. Eso sí, la emoción de conseguir un disco en la red, incluso ganado una puja disputada, está a años luz de la que se experimenta cuando de pronto, en una tienda de segunda mano, de forma inesperada das con esa joya que llevabas tiempo rastreando y encima a un buen precio, ese nerviosismo que te entra, ese mirar a todos los lados agarrando fuertemente el hallazgo y comprobando que no hay ningún buitre al acecho, pues probablemente habrá mas sorpresas en las cajas, y ese llegar a pagarlo sin que se note que el disco está tasado muy por debajo de su precio real, el elegir el taco adecuado en esa especie de competición que es el inicio de una feria del disco o el comprobar que esa portada que sólo habías visto en un catálogo o en una revista de música es mucho más bonita al natural y a tamaño real buf, esas sensaciones son increíbles...

¿Aireas tu colección? Es decir: ¿Pinchas discos o realizas una actividad didáctica similar?
Claro, no soy uno de esos coleccionistas maniáticos a quienes no les puedes casi ni tocar los discos, y que los limpian cada vez que los ponen, o que casi ni los ponen para no estropearlos... Más bien peco de todo lo contrario, ya se me ha extraviado alguno después de una pinchada y roto también algun otro, además de llegar a casa la mayor parte de las veces pringosos de cerveza, y por supuesto confundidos de funda y muchos sueltos por la maleta; después de pinchar he de dedicar toda una tarde a labores de orden y limpieza. Suelo pinchar en bares del barrio, sobretodo en La Folixa, sitio que adoro y considero mi segunda casa, y único bar del mundo que conozco que SÓLO tiene platos; antes pinchaba también con LPs, ahora sólo pincho con singles por dos razones: comodidad de traslado y comodidad de pinchaje (cuando estás borracho -y suele pasar ya a mitad de sesión- lo que menos te apetece es ponerte los cascos y andar contando surcos). Cuando pincho en bares de amigos, que suele ser desinteresadamente, pongo punk y soul sobretodo; cuando me contratan en otros sitios pincho a la carta lo que me pidan; también participo en un club periódico de soul itinerante. Respeto todas las opiniones, pero creo que los discos están hechos fundamentalmente para ser escuchados, y si es en comunidad, mucho mejor, por tanto hay que compartirlos cuando surja la más mínima oportunidad, eso sí, dentro de un orden...

(Miguel Lozano, alias Lozano, es un decano ex-mod gijonés de Generación similar a la nuestra y viejo buen amigo de esta casa. Nos gusta Lozano, por su incorruptible posición de extrema izquierda guillotinadora -no le pregunten sobre la revolución francesa, insensatos- por su donkey jacket, por su afición al libado social, por su porte hierático y sosegado, por su conciencia de clase y su amor militante y comunitario al deporte aquel de la pelota redonda y las porterías. Desde los 70's, de lo mejor de Asturias)

22 de febr. 2011

Yo Fui #9: Ricky Brighton



¿Dónde estabas tú en el 77?
A mis doce años, iba al colegio, en verano viajaba en coche con mi familia (una vez llegamos hasta Hungría, aunque creo que era más pequeño), leía libros y escuchaba los discos que había en casa, veía Aplauso por la tele…

Eres de los primeros mods certificados en tu ciudad. ¿Cómo, cuándo y por qué entraste en contacto con tu subcultura? ¿Y a qué edad firmaste?
Seguro que no fui el primero, pero surgí por generación espontánea, pues por entonces no había visto todavía ningún mod en Barcelona. Tenía dieciséis años y ocurrió en Londres durante un concierto de los Purple Hearts en un pequeño club al que había acudido en solitario, tras huir con nocturnidad de la familia que me hospedaba en su casa del barrio de Wimbledon. Pero quiero dejar claro que antes de hacerme mod ya era un fanático obsesivo de los Who y de los Jam.

¿Formaste parte de algún otro culto antes del mod, o fue éste tu primer amor?
Fue mi primer amor, pero me gustaban muchos otros grupos que no eran nada mods.

¿Qué recuerdas del momento concreto en que pasaste a ser Uno de Ellos?
Fue bonito, aunque no lo compartiera con nadie. Eso me hacía más único. Al día siguiente me compré algo de ropa y la estrené muy orgulloso, me sentía bien en el vagón de metro…

¿En qué situación recuerdas que se encontraba la cultura popular, o la subcultura del rock’n’roll, cuando tú te empezaste a sentir atraído por ella?
A nivel internacional, el punk acababa de morir y todas sus secuelas (algunas de ellas apasionantes) estaban en pleno apogeo. En Barcelona, ya estaban apareciendo los primeros grupos que desafiaban sin ser muy conscientes un panorama muy anquilosado, con las primeras propuestas “independientes”. Era un momento de clara efervescencia.

¿Cuál era la reacción de la gente corriente a tu imagen? ¿Violencia, pitorreo, asombro, admiración...?
Asombro con algo de pitorreo por parte de los mayores. Desprecio con algo de violencia por parte de algunos contemporáneos.

¿Existían, según lo recuerdas, enemistades entre las distintas bandas juveniles?
i hablamos de principios de los 80 en Barcelona, los punks y los rockers eran enemigos de los mods, y los quinquis eran los que realmente podían hacer daño. Pocos años más tarde, punks ya no había, los rockers y los mods eran amigos y los que hacían daño eran los skins fachas.

¿Se diferenciaba mucho el ambiente mod de extrarradio del urbano?
Sé que hubo bastantes mods solitarios y abandonados en los lugares más alejados. En el extrarradio de Barcelona, los mods eran tal vez más fiesteros y bestias que nosotros, pero confraternizábamos sin problemas. Claro que hablo desde mi posición de “Ricky Brighton”, es decir, de un respeto y generalizado por parte de todos hacia mi persona.

¿Cuándo y cómo recuerdas empezar a sentirte acompañado? Es decir: ¿Cuando empezaron a afiliarse nuevos miembros a tu club? ¿Quiénes eran?
Fue muy curioso porque el mismo día que volví a Barcelona convertido en mod, conocí a un montón de mods en el concierto de Ian Dury, Tequila y Telegrama en la Festa de Treball. A partir de aquel día me sentí muy bien acompañado, ¡aparte de que mi hermano también se había vuelto mod! Los que conocimos aquella noche: Jorge Lorente, Álex Tejero, Alfredo Calonge, Juan Carlos, Luisja, Karim, Ferran… Y poco después, Felipe, Ringo… Qué fuerte, me estoy dando cuenta de que casi todos los nombres eran en castellano. Qué época tan rara… y qué gente tan fabulosa.

¿Puedes definirnos tu look en tu época de mod primerizo?
La americana de rayas comprada en Carnaby me la ponía mucho, sobre todo en los primeros conciertos. Mi abuelo materno me regaló varios trajes que mi abuela paterna me cosió para que me encajaran, aunque las americanas ya me iban perfectas. Llevaba muchas chapas en las solapas. También tejanos y bambas John Smith blancas. Tenía dos camisetas de los Jam y una preciosa de Marilyn Monroe.

¿Cuáles eran tus pasiones entonces? ¿Qué discos te chiflaban?
Tocar en el grupo era una pasión a veces frustrante, porque andábamos a tientas sin saber muy bien cómo hacerlo, a la vez que quemábamos etapas a una velocidad alucinante. El apoyo tan incondicional de los mods era emocionante y alentador. Al principio me alucinaron los discos de los Who, Rolling Stones, Small Faces y Kinks. Toda la discografía de los Jam. The Chords, Lambrettas, Purple Hearts, Dexy’s. Paul Collins Beat y The Knack. Singles de Protex y Dolly Mixture. Luego compré muchos discos de soul de la discográfica Kent y de blues de Charly Records y otras. Tamla Motown. Un poco más tarde, me encantaron los Barracudas y los Prisoners. La lista sería interminable.

¿Bailábais?
Al principio poco, luego mucho, aunque los demás solían bailar siempre más que yo.

¿Había muchas chicas, o lo recuerdas como un entorno más bien masculino?
En los primeros días no había ninguna. Era MUY masculino. Luego aparecieron modettes como Gemma, Angie, Charo, la Taxi… Cuando algunos conseguimos tener novia, no solían ser mods pero participaban tranquilamente de nuestros numerosos “eventos”.

¿Todavía te sientes mod? Si la respuesta es no: ¿Por qué te distanciaste de tu subcultura?
Sí. Aunque lo siento como una contradicción, porque siempre lo he relacionado con un movimiento post-adolescente y ver a algunos mods entrados en años me resulta extraño. Siempre seré mod.

¿Qué piensas de las generaciones que han continuado la tradición en las décadas posteriores?
Fantástico. Adelante. Cuando nosotros empezamos en Barcelona, surgíamos de la nada más absoluta. Ahora ya es un hecho demostrado que cada año surgirá un nuevo mod de 17 años en algún instituto de la ciudad.

(No tiene sentido tratar de camuflarlo: Ricky era uno de nuestros ídolos de infancia. Alto, bien plantado, moderno y miembro de Brighton 64, protagonistas absolutos -junto a Jam y Who- en el artwork decorativo de nuestra carpeta del instituto a los 14 años, Ricky simbolizaba en la Barcelona de 1985 algo parecido a un "mod god". Con esos peinados rotundos y excesivos, sus pantalones impúdicamentente cortos -podríamos aventurar que Ricky es el culpable de que en los mid-80's los mods llevaran los pantalones enseñando 15cm de calcetín- y los discos maravillosos de su grupo, Ricky Gil simbolizaba bastantes de las cosas que no te importaría ser a los dieciséis. Ricky, por supuesto, fue uno de los mods pioneros de la ciudad, y por ello le hemos traido aquí . Y para colmo es una persona benigna. Te saludamos, Ricky)


1 de febr. 2011

Coleccionistas #24: Alberto Valle


¿Cuál fue el primer disco que compraste y a qué edad?
El primer disco de vinilo fue la BSO de Quadrophenia, a los 13 años. Para entonces ya había amasado toneladas de cintas de los Who. Mi primer CD creo que fue un Best Of de Humble Pie pillado por 200 lúas en el Simago debajo de casa, también a los 13 años.

¿Cuál ha sido el último?
En single: por fin, el "Cha-Cha Twist" de Brice Coefield en Madison Rds. En elepé: la versión de-luxe con temas inéditos del Let’s Get it On de Marvin Gaye y un elepé con grabaciones del 46 de Dizzy Gillespie. En EP, los de Negativos y Brighton en Studio 54.

¿Qué estás coleccionando en estos momentos?
Fundamentalmente, más que coleccionar, lo que hago es acumular morralla de 50s / 60s R&B y 60s Soul y algo de Jazz (básicamente Hard Bop). Ni mucho menos son los únicos estilos que me gustan, pero no hay dinero, tiempo y espacio para todo y así tengo un poco arrinconados otros géneros como 70s-80s Soul, Psych Beat & Acid Rock, Funk, Latin, Brazil & Boogaloo y Power Pop y Punk.

¿Cuál es tu hallazgo más precioso? ¿Qué disco consideras la joya de tu colección?
No me decantaría por uno u otro, la verdad. Hay discos que me hace mucha ilusión tener porque los deseé durante mucho tiempo y logré hacerme con una copia barata (o más barata de lo que se ven por ahí), y hay discos que –directamente- no es que sean especialmente caros, pero a cuyo lado he pasado mucho, mucho tiempo y muchas cosas, y les tengo un cariño especial. Son muchos, en todo caso.

¿Artwork y portadas favoritas?
En este sentido, creo que la tripleta Prestige-Impulse-Blue Note se lleva el gato al agua. También me encanta el artwork de Motown en los 60. De todos modos desde los 50 hasta el Punk creo que hay muchísima cosa remarcable (portadas, galletas, Company sleeves…) y listar todo lo que me gusta sería a decir poco plomizo.

¿Cómo tienes ordenada tu colección?
Por estilos y en orden alfabético, los elepés. Por estilo en cajas, los singles. Los 10” son poquitos y no requieren ningún orden. Los posavasos no los considero discos. Y los K7s son poquísimos y casi todo maquetas de grupos mod /60s de los 80 y 90.

¿Sabes cuántos discos tienes?
Bufff no, no los he contado nunca. Sí que cuando me mudé, para volverlos a ordenar todos, me tiré cerca de 6 horas.

¿Cuentas CDs?
No, están a la misma altura de las cintas vírgenes cuando todos hacíamos uso de ellas. Útiles a veces (sobre todo en el coche), feos y más bien anecdóticos. Me jode que cosas como el 1º de Loved Ones, el 1º de Bart Davenport en solitario o cosas de indie Soul de ahora no haya otra manera de tenerlas si no es en posavasos.

¿Cuál es/era tu tienda de discos favorita?
Suelo pasar por Daily y las colecciones de Soul y Funk que están trayendo últimamente han incrementado mi nivel de visitas. De hecho, Daily y Discos Juandó son las únicas tiendas a las que acudo regularmente en busca de discos, junto con la casa de Edu. Por lo demás, como buen barcelonés, me he pasado la juventud removiendo cubetas en Edison’s, Wah-Wah y Revolver como si no hubiera habido un mañana. Hoy en día confieso que el grueso de mis adquisiciones las realizo a través de la red.

Cuéntanos el episodio más memorable de tus días de cazador de discos (un timo, un error, un triunfo, un encuentro, un robo, una conversación...)
Anécdotas las hay a patadas, pero es que soy de contarlas en la barra de un bar delante de unas birras. Normalmente soy un tío que suele irse por las ramas, y hablando se disimula mejor que escribiendo. Que una anécdota me dure tres quintos no impacta tanto como que me dure tres cuartillas.

¿Ha cambiado tu perspectiva del coleccionismo de discos desde la aparición de Ebay y la compra por Internet?
Completamente. Tienes acceso a una cantidad de discos que, de otra manera, no tendrías… o ni siquiera conocerías. Sinceramente, es probable que si yo fuera inglés o yanqui me habría puteado a saco, porque eBay significa subir el precio de cosas relativamente fáciles de encontrar debajo de casa, y poner al alcance de millones de personas discos que antes sólo estaban al alcance de pocos miles, centenares o incluso decenas de anoraks enfermos como uno. Pero yo ya sé que por mucho que me llene de mierda los dedos en las cubetas del Mercat de Sant Antoni o de cualquier tienda de por aquí, difícilmente me saldrá un single de R&B de King o Bethlehem. Y, por barato y obvio que sea, ese disco sé que me lo tendré que ir a buscar fuera. Desde luego, la llegada de eBay y sucedáneos creo que ha alterado la percepción de todo el mundo que, de alguna manera u otra, colecciona cosas.
Además (y perdón si me alargo con la respuesta), celebro el advenimiento de este tipo de tecnologías y canales para conseguir discos, ni que sea por ver el final del monopolio del tendero de discos as we knew it. Sanseacabó pagar morteradas innecesarias y aguantar vaciles de según qué tenderos, cuya relación era la de yonqui con mono galopante VS camello privo del menor escrúpulo.

¿Aireas tu colección? Es decir: ¿Pinchas discos o realizas una actividad didáctica similar?
Co-organizo el Boiler rhythm & soul club, a punto de cumplir 8 años de actividad, junto a Cristina Alonso y Jordi Duró. También estoy metido en la organización de un nuevo proyecto de mod club barcelonés, Le Clean Cut, con Albert Petit, Lluís Cardenal y Sara Ramos. Además, colaboro activamente con varios fanzines y alguna revista, actualizo el blog del Boiler y ando metido en un proyecto (siempre musical) que espero vea pronto la luz y del cual informaré puntualmente si tot va bé. También pincho aquí y allá, aunque confieso que cada vez menos, porque ya no me hace la misma ilusión meterme en cualquier bareto a pinchar, ni me suelen compensar el esfuerzo los magros cachets pagados por ahí. De todos modos sí: sigo disfrutando cuando comparto, ni que sea por media horita, la música que me gusta con gente que la baila y goza en una pista de baile. Y si por ello tengo barra libre, más.

(La serie Coleccionistas de La Escuela Moderna fue interrumpida en el año 2009 tras 23 entregas, para dar paso a la serie Pioneros. Hoy la recuperamos en una segunda etapa que inaugura nuestro #24: Alberto Valle es el lechuguino señor que organiza todos estos clubs que menciona aquí arriba, especialmente –por acercarse a lo mítico- El Boiler Club. Signor Valle es un longevo modernista de la 5ª generación condal –estamos contando así, a ojo- y aquí somos incapaces de imaginarle en bata Lebowski y calcetines “Juanito”, así de lindo y pulcro va siempre. Su colección y gusto en disquetes también es memorable, como podrán comprobar si se acercan a alguno de sus eventos. Nos honra tenerle aquí hablando de canciones y colecciones)